Pensar en la cocina de Japón es pensar en ‘sushi’, pero esta preparación no es la única de un país con amplia tradición gastronómica y amor por los sabores y las preparaciones completas.
Japón, una nación de saludable y variada cultura gastronómica, su recetario, sus cocinas repartidas a lo largo y ancho de todo el territorio, son surtidas y muy ricas. Aunque el sushi es uno de los productos más conocidos y queridos en países como el nuestro, hay grandes platos, cada vez más populares, con los que sentir puro regocijo gastronómico. Analizamos cinco clásicos nipones con los que nuestras papilas sentirán una inmensa felicidad.
Yakisoba
El yakisoba es un plato de fideos finos de trigo salteados con verduras, trozos diversos de carnes, pescados y mariscos. Los fideos se impregnan del sabor de los ingredientes y de la salsa base para conformar una sabrosa preparación. Según la región en la que nos encontremos, los yakisoba emplearán fideo udon en vez de los chinos y finos soba. Es común que los yakisoba se presenten con abundantes cantidades de salsas variadas, y sean consumidos como completo plato único. Son una comida muy consumida en festivales y en puestos callejeros, en los que se preparan a la vista del cliente a base de hábiles movimientos sobre la plancha.
Tonkatsu
En Japón, también hay típicos y humildes platos combinados como el tonkatsu, una chuleta de cerdo empanado con panko, que se fríe en abundante aceite. El panko es un producto, similar al pan rallado, que se presenta en forma de copos de pan. Su consistencia permite someter al filete a una fritura fuerte pero rápida, con lo que se logra un dorado y crujiente exterior, mientras que la carne se conserva tierna y en su punto. El escalope suele acompañarse por arroz cocido, una salsa de curry nipona y verduras encurtidas.
Okonomiyaki
Desde Hiroshima, región de Kansai, nos llega el okonomiyaki, su plato estrella. Esta preparación es una suerte de tortilla de harina, huevo y agua, que se rellena de ingredientes de lo más dispares, como crustáceos, calamares, pollo, carne y verduras, en concreto cebolleta troceada, brotes tiernos de soja y col. Una vez se seleccionan los ingredientes, se dispone de una plancha, atentamente observada por los comensales, en la que se mezclan todos los componentes y se cocinan hasta lograr una masa sólida. El resultado se adereza con salsa okonomiyaki -algo así como salsa barbacoa- y, en ocasiones, mayonesa. Un potente plato de múltiples sabores que se considera la ‘pizza japonesa’. El proceso es cuanto menos, visual. En la maestría del cocinero está la clave para que los ingredientes casen armónicamente.
Ramen
Hay una receta de ramen para cada región de Japón, pero todas tienen algo en común: fideos -de distinta variedad- servidos en un caldo preparado, por lo general, a base de pescado, miso y salsa de soja. Tras esto, los acompañamientos y guarniciones, que pueden ser todo tipo de verduras; algas, setas y hongos; trozos de carne de cerdo, pollo, pato o ternera; huevo ligeramente cocido; encurtidos de bambú o vegetales y hierbas aromáticas. Para diferenciar los distintos tipos de ramen, hay que prestar atención a la sopa, que puede ser shōyu, una salsa de pollo con salsa de soja al ser servida; tonkotsu, con sabor a cerdo; sopa de miso y pollo o shio, la más sencilla, de color casi transparente.
Takoyaki
El takoyaki es un aperitivo propio de la región de Kansai que consiste en unas sabrosas bolas de pulpo. Esta especie de albóndigas o buñuelos se hacen con trozos de pulpo cocido, una masa de harina de trigo con agua, jengibre encurtido troceado, alga nori y otras especias. Una vez tienen la consistencia y la forma deseadas, se cocinan en una plancha metálica especial. En su lugar de origen, es común encontrar puestos callejeros de esta comida tan apreciada.
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